Los jóvenes siempre han sido símbolo de vigor, esperanza, valor, pero sobre todo de alegría. Los niños quieren crecer para salir y disfrutar como lo hacen los jóvenes, los que ya están avanzaditos de edad recuerdan con sonrisa de picardía las vivencias de aquellos días y no falta aquel que diga que en la casa donde no hay juventud falta vida. Pero la vanidad, el capitalismo y el deterioro de la estructura familiar han hecho que la intradistancia propia de esos años se agudice al punto que termina dejándonos jóvenes deprimidos, con problemas de adaptación, desordenes alimenticios y hasta suicidas. ¿Qué nos está pasando? “La juventud es un estado de ánimo” Suelen decir quienes se resisten a renunciar a soñar, a reír, a vivir… a pesar del marcado paso del tiempo sobre ellos. La realidad les da la razón cada vez que nos encontramos con personas entre los 18 y 25 años (aproximadamente) cuyos rostros reflejan la amargura de quien ha asumido de la peor for...
Reflexiones, historias, sucesos... la vida desde mi realidad