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Juventud y Alegría

Los jóvenes siempre han sido símbolo de vigor, esperanza, valor, pero sobre todo de alegría. Los niños quieren crecer para salir y disfrutar  como lo hacen los jóvenes, los que ya están avanzaditos de edad recuerdan  con sonrisa de picardía las vivencias de aquellos días y no falta aquel que diga que en la casa donde no hay juventud falta vida. Pero la vanidad, el capitalismo y el deterioro de la estructura familiar han hecho que la intradistancia propia de esos años se agudice al punto que termina  dejándonos jóvenes deprimidos, con problemas de adaptación, desordenes alimenticios y hasta suicidas. ¿Qué nos está pasando?

“La juventud es un estado de ánimo”

Suelen decir  quienes se resisten a renunciar a soñar, a reír, a vivir… a pesar del marcado paso del tiempo sobre ellos. La realidad les da la razón cada vez que nos encontramos  con personas entre los 18 y 25 años (aproximadamente) cuyos rostros reflejan la amargura  de quien ha asumido de la peor forma los desengaños de la vida.

Ahora tenemos las tribus urbanas; esta subcultura  es la respuesta que han dado algunos jóvenes a la falta de atención de sus padres, también es la forma en que han reaccionado muchos al darse cuenta que el mundo no es la aldea de perfección y belleza que le hicieron creer mientras crecían. Se han apartado, han creado grupos con códigos sociales diferentes al mundo secular, algunos se han convertido en seres andróginos y generalmente se puede apreciar en ellos un semblante de escasas sonrisas, una seriedad que en ocasiones asusta y miradas llenas de rebeldía.

Le hemos dado una importancia a la “perfección” física que ha acabado con el autoestima de muchos de los que no exhiben la figura que los cánones sociales han determinado como perfecta. Antes la gente se alimentaba para estar fuertes y saludables porque el cuerpo era un medio para realizar las labores propias de la cotidianidad, hoy la gente cuida lo que come más que nada para mantener un buen aspecto físico porque el cuerpo se ha convertido en un fin en sí mismo. De ahí que son cada vez mayores los casos de anorexia, bulimia y otros desórdenes alimenticios, especialmente en las chicas.

Y qué decir de la depresión? Uno de los padecimientos más difíciles de tratar, muchos jóvenes y adolescentes deprimidos por causas que podríamos catalogar de absurdas:

  • ·         Baja mi nivel de popularidad en el colegio
  • ·         Mami y papi no me compran las cosas que les pido
  • ·         Mi artista favorito no responde mis mensajes en Twitter etc.


Esto deja mucho que decir de los valores que se están inculcando en el hogar, las cosas que hemos enseñado a nuestros hijos que  debe ser prioridad en sus vidas.

Todas las semanas nos toca ver en noticieros de televisión o en la prensa casos de jóvenes que se suicidan por cosas que van desde un embarazo no deseado hasta porque uno de sus padres ha violado su privacidad al leer su diario, y es cuando uno dice ¡Por Dios!

Los padres deben aprender que una buena crianza requiere más que objetos materiales y consentir toda clase de caprichos, con esto lo que hacen es crear alrededor de sus hijos una burbuja de perfección y felicidad que cuando explota crea un caos emocional.

Una vez leí una frase que decía “A los hijos hay que criarles con un poco de hambre y un poco de frío” (no recuerdo exactamente las palabras pero esa era la idea)  para hacerles entender que aunque muchas veces las cosas no resultan ser como las esperábamos, hay que aprender a arreglárselas con lo que hay y a ser felices a pesar de las crisis que se puedan presentar en un momento determinado.

Jóvenes!

Las demandas de la vida moderna para nosotros son muchas, nos enfrentamos a problemáticas de carácter político y social sin precedentes. Al tiempo que  manejamos  la realidad nacional debemos  tener por lo menos una idea de lo que sucede fuera de nuestras fronteras  porque la globalización nos ha convertido en ciudadanos del mundo. Tenemos el reto de descubrir lo que queremos ser para trabajar por ello y asegurar nuestro futuro, pero no podemos perdernos entre todas estas cosas.

Cuida tu cuerpo sin convertirte en esclavo del mismo, sonríe, construye relaciones saludables (buenos amigos, fortalece lazos familiares), pon en práctica tu creatividad para sacar partido hasta de los momentos difíciles (la necesidad es la madre de la invención dicen por ahí), ¡se feliz!

Antes de que como dice la biblia lleguen los años en los cuales digas “en ellos no tengo contentamiento” 




Comentarios

  1. ahii mi gUstOo muchOo..y tOdo eso es verdad,los jovenes de ahora solo quieren manipular a los padres y tambien los padres tienen la culpa por dejarse manipular por los hijos.!!

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