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Mostrando entradas de febrero, 2021

This is 35

Mi reflexión del cumpleaños, el año pasado, era un grito desesperado. Estaba cansada, indignada, mentalmente consumida aún cuando pasaba unas vacaciones increíbles e inolvidables. Arrastraba un compromiso que me drenaba  y se reflejaba en cada letra.  Tenía la esperanza de que las cosas cambiaran, y cambiaron. Más pronto de lo que esperaba y, definitivamente, no en la forma en la que esperaba que sucediera. Es imposible reflexionar sobre el año pasado y no mencionar la pandemia, la incertidumbre, la ansiedad y el aprendizaje.  Si estudiar es sinónimo de aprovechar el tiempo, lo he aprovechado. Master Class, Coursera, Programas patrocinados por la embajada americana. La vida ha sido tan maravillosa que hasta tuve la suerte de encontrar un tutor de inglés con el que hasta hace poco me reunía dos horas por semana y me daba lecciones de vida mientras corregía mi pronunciación en un idioma que cada día se hace más necesario. Thank you David! Me gusta ser fuerte, armar las cosas corriendo cu

Bajo control

- ¿Cómo está todo?  - Todo bajo control, Gracias a Dios  Me acostumbré tanto a escuchar esa respuesta a los saludos, que empecé a hacerla parte de mi vocabulario mucho antes de entender qué significaba o qué implicaba tener las cosas bajo control .  Es una de esas lecciones recurrentes que nos da el entorno hasta que de forma inconsciente nos va moldeando el carácter.  Nos han enseñado que el control es poder que, más que un objetivo, debe ser un hecho en nuestras vidas  y hemos asignado mapas de ruta a cada aspecto de la misma para ir controlando resultados y midiendo nuestros niveles de éxito particulares. Cuando eres niña, negra, pobre, de una familia religiosa... lo tienes todavía peor: - Debes ser aplicada para pasar de curso en la escuela.  - Debes dar testimonio de  buen comportamiento. - Debes ir a la universidad y graduarte para conseguir un buen trabajo.  - Debes encontrar un buen marido.  - Debes "asegurar" tu futuro.  etc... Y esa larga lista de deberes lleva muc

El patio de mis recuerdos

N ajayo arriba fue el destino oficial de las vacaciones, y de los días de fiesta, cuando éramos niños. Tengo muchos recuerdos de baños en el arroyo, ropas manchadas majando almendras, comidas preparadas en mini anafes que me compraba mi tía Milagros (que en realidad es mi prima pero en mi corazón siempre ha sido una fusión de tía y madrina -  aparte de que es un personaje bien particular 😉 ), historias de terror que nos mantenían despiertos en la noche (los que hablan de leyendas urbanas deben hacer un capítulo especial para los cuentos de terror de los campos, contados de noche y sin luz cuando uno amanecía en casas de madera en las que podías mirar entre las tablas e imaginar cualquier cosa en las madrugadas), también recuerdos mis recurrentes ataques de asma fruto de los extensos baños en el agua fría del arroyo.  Pensar en esos días es hacer un recorrido mental por los conucos (nunca sembré nada, yo solo iba a jugar, observar y hacer preguntas que no siempre vocalizaba), mojar mis