"Nunca falta un pelo en el sancocho" dicen en lenguaje popular, y de hecho, así es. Estas mini-vacaciones planeadas por el universo, y la maravillosa insistencia de mi amiga, han sido un oasis en el desierto de estrés en que había convertido mi vida este ultimo mes. El mar, la brisa y la compañía de una familia muy agradable ¿Que mas podía pedir? En nuestro primer día en la playa el sol pareció tomarse el día libre y decidió no salir, pero el segundo día el panorama era simplemente bello. después del desayuno, mi amiga fue por su traje de baño para meterse al agua temprano, mi único objetivo era dejarme acariciar por la brisa y disfrutar de la vista, así que mis jeans doblados y mi blusa veraniega era el atuendo perfecto. No había casi nadie, ese juego de azules que empezaba claro y se iba oscureciendo a la distancia era solo para nosotras. Es de esos momentos en que piensas ¡Amo esta isla! Abres tu toalla en la arena y te deleitas con lo que esta a tu alrededor.
Reflexiones, historias, sucesos... la vida desde mi realidad