Era una forma de escapar a la soledad, una oportunidad de conocer gente nueva, de entender a través de esas personas la cultura de un lugar al que todavía me estaba acostumbrando. Porque hay cosas que los comentarios no contarán y solo llegarás a conocer realmente cuando las experimentas en vivo. Ahí estaba, en un salón con un grupo de desconocidos que intentaban vencer la arritmia practicando pasos básicos de salsa. Lo ideal es que una persona que no baila nada empiece por practicar merengue, pero esta clase apareció primero. Para el destino las cosas son en el orden que él entienda, la lógica aparecerá con el tiempo... O quizás nunca aparezca. Escuchar la conga, no mirarse los pies, dejar que el cuerpo siga el ritmo... así íbamos. A pesar de que cuando llegué ya me había perdido una clase, no fue difícil alcanzar el grupo y llevar más o menos la armonía, pero ahí estaban los pasos en pareja. Las verdaderas lecciones para mi. Iba siempre programada, tan control freak co
Reflexiones, historias, sucesos... la vida desde mi realidad