En estos días fui con mis compañeros de oficina a almorzar a una de esa franquicias gringas que tenemos en R.D. Nos recibió una joven muy amable y, una vez estábamos en la mesa, llegó un joven irradiando entusiasmo por los poros y presentándose como nuestro camarero de ese día. Hacía chistes, contaba historias, daba consejos y recomendaciones sobre nuestras elecciones para el almuerzo, provocaba las sonrisas de los más tímidos y hasta nos sirvió de fotógrafo para inmortalizar el momento. Genial, verdad? Uno se queda como Wow, qué chulo! Es como de alguien que se está identificado con lo que hace, transmite su entusiasmo al cliente, cuya amabilidad y disposición te hace pasar un buen rato. Después de muchas historias y risas, había llegado el momento de regresar al trabajo, pedimos la cuenta a nuestro simpático amigo y cuando regresó con la factura nos invitaba, en tono reflexivo, a completar una encuesta de satisfacción en línea al tiempo que elegantemente hacía refere
Reflexiones, historias, sucesos... la vida desde mi realidad