Si reflexionamos un poco sobre la conducta
de las personas en estos días, especialmente los jóvenes, podríamos decir que
este es el tiempo de los esclavos que hacen alardes de libertad.
- - Háblame de tu look?
- - Salvaje
libre
- - Es más cómodo?
- - No,
pero es lo que se está llevando
De repente nuestras vidas están sujetas a
lo que dice la moda, a lo último que presenta la tecnología, a las nuevas
reglas de civismo que promueve la sociedad, a lo que sea que nos lleve a “opacar”
al compañero de trabajo o del colegio. Todo en nombre de eslóganes publicitarios que rezan que eso es libertad, aunque cada noche sintamos el peso de las
cadenas que nosotros mismos hemos elegido.
“La libertad, sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no puede igualarse a los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida” Miguel de Cervantes Saavedra.
Cuando sometemos nuestra voluntad a
los dictados de un grupo de personas que todo lo ven desde un punto de vista
comercial, estamos dando a nuestra libertad el mismo uso que darían los cerdos a las perlas.
Somos libres, no para seguir el
camino que otros han diseñado para nosotros, sino para trazar una ruta
personal guiados por nuestras propias
reflexiones; que se ajuste a nuestra
realidad, que exprese nuestro verdadero ser, mediante la cual podamos conseguir
la realización personal.
“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos, es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo” Franz Grillparzer
Esa falsa libertad en la que muchos han
decidido creer y promover es el fruto de una cobardía que se traduce en
esclavitud, una esclavitud a la que
muchos han elegido ser indiferentes porque es más fácil hacer lo que
otro dice que tomar una decisión y hacerse responsable de la misma.
Seguir los dictados de mi propia libertad
implica asumir mis fracasos sin buscar culpables, correr el riesgo de ser el
objeto de burla de las mentes débiles que ocultan sus complejos mofándose de
quien ha elegido ser diferente, reconocer que mi libertad termina donde empieza
la del otro, ser tolerante y respetuoso con las elecciones de los demás.
Asumir nuestra libertad es el camino que nos llevará a una vida plena
( he dicho plena, no perfecta), a usar
las cosas para nuestra realización personal y no ser usados como cosas , evita
frustraciones y hace que en el ocaso de
nuestra existencia haya más paz que arrepentimiento. Habrá quien se aleje de ti
porque hayas decidido ser tú, aunque duela un poco al principio con el tiempo
entenderás que esa persona simplemente no merece tu compañía.
“por amar mi libertad me quedé solo, y quizás ese fue el premio. Yo canto con mi canción y no con la que me tocan” Facundo Cabral
La libertad, más que una palabra es un
hecho, un don, un tesoro que no debemos echar a perder, que debemos vivir.
Me encanta tu blog, de una sola sentada he leído varias de tus publicaciones y en todas estoy totalmente de acuerdo contigo; me quedo por aquí y te envío mis mas sinceras felicitaciones por tus escritos. saludos
ResponderEliminarMuchas gracias! Saludos afectuosos desde Santo Domingo!
EliminarQue hermoso escrito.
ResponderEliminarEn tiempos donde la gente vende su alma y su alegría por su apariencia y el que dirán, este bello escrito rescata eso que se está perdiendo: la libertad, la autenticidad, la posibilidad de ser nosotros mismos, cada uno como es, con sus errores y virtudes, sin guiarse por el consumismo; con el corazón en la mano y una sonrisa en la cara, pobres pero libres y felices.
Un Abrazo, gracias por escribir.
"con el corazón en la mano y una sonrisa en la cara, pobres pero libres y felices." Me ha encantado tu comentario! Gracias a ti por dedicar unos minutos de tu tiempo para leer las entradas de mi blog.
EliminarUn abrazo!