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Cuando no supe qué decir

El pasado 10 de septiembre se celebró el día mundial de la prevención del suicidio. Fueron muchas las notas  y los titulares que vi tratando el tema desde diferentes enfoques, pero es de los asuntos que solo tratan cuentas oficiales de páginas web de investigación y uno que otro medio de comunicación impreso. El suicidio es de los temas que al ciudadano común no le gusta tratar. A mí, me recuerda  la noche cuando no supe qué decir. 



Cuando recibí la llamada todavía estaba trabajando. Mi papá, que es de esas personas que tiene un tacto especial hasta para dar malas noticias, me dijo sin más ni más "han llegado noticias a la casa de que se suicidó fulano, son cosas que pasan, sabíamos que esa persona no era muy equilibrada y esta es de las cosas que pueden suceder cuando no tenemos dominio ni de nuestras propias emociones". Al cerrar el teléfono sentí como si una cinta de vídeo se devolviera en mi cabeza con cada uno de los momentos en lo que estuve cerca de la víctima, simplemente se me hacía difícil de creer. Los suicidios son de esas tragedias que por alguna razón crees que solo vas a ver en noticias y en testimonios ajenos, esta vez estaba cerca, muy cerca. 
"Cuando alguien se quita la vida, el silencio lo llena todo"
Rayos, pocas veces he sentido el ambiente tan pesado en mi casa como ese día, era como si todos quisiéramos preguntar y alguna fuerza invisible no dejaba expresarse a los que sabían con detalle lo que había sucedido. Impotencia, pánico, sorpresa, incertidumbre y el agobiante calor del verano (que ese día parecía desértico), todo en un mismo paquete; pero lo más difícil no había llegado, ese momento en que todos de repente tuvieron que salir y yo me quedé en la galería de la casa con dos niñas que lloraban desesperadas la muerte de su padre. ¿Cómo consolarlas cuando yo misma no entendía las razones que habían llevado a su padre a quitarse la vida? Ellas eran sus pequeñas, a quienes se supone debía proteger, y ahora sin motivo aparente las había dejado, él había elegido dejarlas. Cuando la tragedia en forma de muerte toca las puertas de nuestros conocidos un abrazo sincero y un "todo va a estar bien" parece ser un bálsamo en ese momento difícil, pero ¿Con qué cara les decía a esas niñas "todo va a estar bien" si yo misma me asustaba al pensar en el rumbo que iban a tomar sus vidas? simplemente no supe qué decir. 
"Fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales", Durkheim 1897
El suicidio es un hecho que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Numerosos personajes de la actualidad y del pasado se han suicidado.  Se calcula que cada año se cometen 900,000 suicidios. Esto significa una muerte cada 40 segundos. El suicidio se encuentra entre las primeras tres causas mundiales de muerte en personas de 15 a 44 años (datos de la OMS). Entonces me pregunto, si hay tanta incidencia ¿ Por qué el suicidio sigue siendo un tema tabú?
"Del suicidio no se habla, dice rotundo Juan Carlos Pérez. Y sabe de lo que habla. Su padre se quitó la vida, dejándolo doblemente huérfano: por serlo y por no poder hablar de ello. Esa aura permanece. Sigue siendo tabú, algo maldito e innombrable" (www.elmundo.es 06/02/12)
Cuando leí su testimonio no pude evitar pensar en aquellas niñas, ya han pasado tres años, han continuado sus vidas, pero pareciera que un velo de misterio las envuelve. Después de la muerte, recordamos con paz a aquellos que se fueron. A ellas las veo y no sé si lo han superado o si simplemente han aprendido a vivir con la herida abierta. Como si nos estuviera prohibido hablar del tema. 
Detrás de un suicidio siempre está el dolor "tal vez la pregunta que debe hacerse es ¿ Y usted, por qué no se  suicida? Cuando  conteste entenderá por qué de suicida el que lo hace" Carmen Tejedor, experta en suicidología. (www.elmundo.es 06/02/12)
Solo un escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. Además, la mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes, y no buscan exclusivamente la muerte.(Datos de la OMS).

La OMS, la ONU y la UE han señalado la muerte voluntaria como un problema de salud pública de primera magnitud. Muchas vidas se han perdido por la incapacidad que tiene el ciudadano común de tratar y enfrentar el asunto, el móvil de esta nota  es cooperar para que esto cambie. 

Porque la vida, aunque sea difícil, es bella; porque no es bueno que se sigan perdiendo personas de esta manera y porque no es justo que los que quedan carguen con el estigma del que se fue. 

Esta nota va dedicada a mis pequeñas primas, mis pelirojas adoradas que a muy corta edad les ha tocado lidiar con esta pesadilla, a quienes veo orgullosa abrirse paso ante la vida. Tienen un lugar muy especial en mi corazón y confío en que a pesar de todo, las veré convertidas en mujeres de bien.

Hasta la próxima! 






 



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