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Lluvias que no son de bendición

"Lluvia cae sobre mí"  canta mami en las mañana después de la oración.
"Que el  Señor derrame lluvias de bendiciones sobre ustedes",  dicen los pastores en la iglesia
Es así como de repente relacionamos la lluvia con cosas positivas, el agua que cae del cielo para revivir las flores que la sequía había hecho desmayar, para restablecer la tierra árida, para refrescar el ambiente, quitar el polvo de las hojas y recuperar su verdor. Así clamamos al cielo que llueva sobre nuestras vidas y nos haga renacer cuando por una razón u otra parece que hemos perdido el norte. Pero a veces llueve tanto que solo nos queda buscar un lugar donde cobijarnos mientras contemplamos impotentes el agua arrasar con todo, de repente el más que recuperar el norte, nos toca verlo alejarse más y más y más…



Amo ser Isleña, vivir en una isla con una posición geográfica privilegiada para intercambios y negocios, con gente cálida, alegre y condescendiente; pero cada año pasa por un período de incertidumbre y estrés denominado “temporada ciclónica”.  Estamos en la ruta que toma la naturaleza para demostrar su fuerza, y por donde a veces deja salir toda su furia.


De la A a la Z van los nombres que identifican los fenómenos,  a veces solo amenazan con venir y no pasan, otras nos tocan con sus vientos como si se divirtieran con nuestros nervios, pero en ocasiones  parece que recordaran al cielo los desencantos de viejos amores para que llore sobre nosotros, lagrimas que recibimos en forma de lluvias, lluvias que no  son precisamente de café.


Esta mañana el cielo nos  despertó con su llanto, a la cama parecía atarnos un imán y madrugar parecía ser un pecado, era casi un deber bañarse con agua caliente y cuando decidimos salir para enfrentar las obligaciones que nos impone la rutina encontramos nuestras calles llenas de agua, como si Venecia hubiera poseído a Santo Domingo pero dejó en Italia sus bellas góndolas. Los vehículos en modalidad anfibio para moverse entre un charco y otro, lo peatones dejan su dignidad guardada en casa y salen “a la buena de Dios” soñando con el momento en que puedan regresar a sus camas secas y calentarse entre las sábanas, pero… ¿Qué hay de los que no tienen un lugar seco donde regresar?
Hay a quienes no los despierta el sonido de la lluvia al caer, sino el agua que humedece sus camas, o que moja sus pies cuando tocan el suelo en las mañanas.
@Marienaristy Ya hay más de 12 mil desaparecidos y 104 comunidades aisladas; país entero sigue bajo alertas.
@Diario_Libre Lluvias provocan inundaciones en Santo Domingo Este.
@SIN24Horas Residentes en La Barquita abandonan sus viviendas por las inundaciones
@SIN24Horas Con el agua al cuello, así están muchos barrios de la capital, donde las casas y vehículos están anegados SIN 11pm, #SandyHuracan

Para ellos las lluvias ya no son se bendición, vienen a desnudar sus vergüenzas, a marcar las diferencias entre las clases sociales, a quitarle lo poco que tenían, a alejarlos de su objetivo; a veces los obliga a cambiar el norte.

Dichosos y bienaventurados los que esta noche disfrutan de chocolate caliente, mientras siguen las noticias abrigados y seguros en casa. Dios se apiade de aquellos para quienes la lluvia dejó de ser sinónimo de bendición. 

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