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Los colores del 12 de Octubre

Esta es una de esas notas que me invita a dar un viaje al pasado. diez o quince años atrás (decir eso me hace sentir vieja x_x), a los días del colegio cuando el tiempo en la fila se extendía por la conmemoración del día de la raza. Las muchachas del coro salíamos con el inolvidable profesor Contreras y su piano (pero ese equipo de sonido del colegio siempre estaba malo y solo nos escuchaban los que estaban delante). Los niños de pre-escolar se "embotellaban" un diálogo sobre Cristóbal Colón y sus compañeros el día del descubrimiento, los mas grandes preparaban dramas donde unos representaban idios, otros negros y los de piel mas clara eran los españoles. Al final todos tomados de la mano proclamaban ser hermanos a pesar de las diferencias.  ¡Qué bonito! pero... ¿Nos tratamos verdaderamente como hermanos?



Ha pasado el tiempo, muchas cosas se han superado, pero otras parecen estar como un sello indeleble que va de generación en generación.  Es lamentable que en media isla donde el 90% de la población es negra haya problemas de tipo racial, y no porque un blanco extranjero nos haya venido a "asquerosear" en nuestra propia casa, sino porque muchos han decidido certificarse de ignorantes y rechazarse (porque cuando rechazas tu propio grupo racial, te rechazas a ti mismo). ¿Cómo pedimos a los de fuera que no nos discriminen por ser de color cuando nosotros mismo rechazamos nuestra negritud? Es algo que los propios extranjeros no entienden y una estupidez en la que caen personas desde la clase más sencilla hasta la mas alta, gente que se autodenomina culta y se empeña en negar "el negro detrás de la oreja" como si formar parte de ese grupo racial fuera un pecado. Pero en un mundo globalizado el racismo  no es buena señal, así que "de la boca para afuera" el 12 de octubre celebramos orgullosos las diferencias y "todos somos iguales".

La historia no coopera. En  nuestra sociedad, marcada por prototipos, muchos negros tienen clavadas la espinita de la esclavitud que les  hace creer que por ser negros hay que ser servil, desarrollamos la inocencia de los indígenas que nos hace reaccionar con asombro ante cualquier idea extranjera y nos dejamos envolver por el brillo que sus promesas dan a nuestro futuro, somos pícaros explotadores y elegantemente ladrones como los españoles que una vez nos "descubrieron". Es tiempo de que las cosas cambien, que de verdad cambien.

Para vivir en una sociedad de igualdad primero debemos esforzarnos en dejar de ser presa de nuestros propios prejuicios, quitamos las cadenas físicas de la esclavitud pero seguimos cargando con grilletes mentales que no nos dejan salir e ella, peor aún, educamos a nuestros niños para perpetuar esta ideología estúpida al punto de crearles la idea de que por pertenecer a cierto grupo racial son mejor o peor que otra persona. En tiempos donde ser blanca, tener pelo lacio y facciones "refinadas" parece ser una profesión, hablar de igualdad racial es mera hipocresía. Vaya y dígale que hay igualdad a mi amiga que por ser negra la movieron de sucursal de banco para poder darle una promoción porque no cumplía con los cánones físicos establecidos para subir de puesto en la oficina principal a pesar de contar con la capacidad intelectual para hacerlo, hable de igualdad racial al los jóvenes que rebotan de la puerta de algunas discotecas porque aunque tengan dinero para gastar son negros (y no hablo de discotecas europeas o norteamericanas, no, eso pasa aquí en el patio llamado RD). Seguro que ellos también celebraron las conquistas del día de la raza en la fila del colegio donde estudiaron.

Ni hablar de ese momento en la vida cuando alguien con "la mejor de las intenciones" y "con mucho cariño" te dice: tienes que casarte con un blanco para que refines la raza. Mi idea de refinamiento tiene más que ver con amor, educación y cultura que con un grupo racial. 


Las sonrisas de un blanco que hechiza características de la gente negra, las melenas abundantes y coloridas de los blancos, las piernas bien definidas de los amarillos... Cada grupo racial tiene un atractivo que al hacerlo diferente lo hace bello, somos como el arcoiris  que al poseer distintos colores su atractivo está en el contraste. 

Aunque lo ideal es que todos fuéramos iguales, la calidad humana, y no su color de piel, es lo que hace a unos superiores a otros. Sus virtudes, los valores que haya cultivado, su trabajo, su propio esfuerzo por conducirse de la mejor manera posible en esta vida donde a todos se nos ha perdido la carta de ruta. El día en que estos factores,  y no los cánones físicos,  midan a las personas; el 12 de octubre celebraremos sinceramente el hecho de ser diferentes por fuera. 

Cada grupo racial tiene rasgos característicos que  hay que preservar, diferencias que se hacen necesarias para mantener la belleza global de la raza humana. 

Porque no hay necesidad de parecerse a nadie más que a nosotros mismos, 

Feliz día de la raza! 

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