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La nota discordante en las vacaciones de Semana Santa

"Nunca falta un pelo en el sancocho" dicen en lenguaje popular, y de hecho, así es. Estas mini-vacaciones planeadas por el universo, y la maravillosa insistencia de mi amiga, han sido un oasis en el desierto de estrés en que había convertido mi vida este ultimo mes. El mar, la brisa y la compañía de una familia muy agradable  ¿Que mas podía pedir? 


En nuestro primer día en la playa  el sol pareció tomarse el día libre y decidió no salir, pero el segundo día el panorama era simplemente bello. después del desayuno, mi amiga fue por su traje de baño para meterse al agua temprano, mi único objetivo era dejarme acariciar por la brisa y disfrutar de la vista, así que mis jeans doblados y mi blusa veraniega era el atuendo perfecto. No había casi nadie, ese juego de azules que empezaba claro y se iba oscureciendo a la distancia era solo para nosotras. Es de esos momentos en que piensas ¡Amo esta isla! Abres tu toalla en la arena y te deleitas con lo que esta a tu alrededor.



Mi amiga no quería bañarse sola, accedí acompañarla mojando mis pies en la orilla. Así estuvimos hablando un rato hasta que llega un señor un poco rosado, con la cara blanca de bloqueador solar (el típico turista norteamericano) y empieza a hablar con nosotras. El clima, la gente, la belleza del mar... las cosas que uno habla con desconocidos en la playa, yo estaba entretenida con las ocurrencias de mi amiga huyendo de unos pecesitos que nadaban a su alrededor y tomaba algunas fotos del paisaje. Unos minutos después llega una señora y me dice: yo soy su esposa, me pareció un poco rara esa forma de saludar pero igual le sonreí y pensé que se uniría a la conversación. La señora empezó a gritarle en ingles al marido, casi a pegarle, en el siguiente monologo: 

-  ¿Donde has estado? Te he buscado toda la mañana.
- ¿Estas buscando mujeres?
- ¿Es eso lo que has estado haciendo? 
-¿Te estas tomando fotos con ellas?

Ya podrán imaginar mi cara de horror y vergüenza ¡Dios mio! ¿De donde había salido esta loca?  El señor no encontraba donde meter la cara, la tomó de la mano y mientras se la llevaba decía (con su español con acento gringo) lo siento, mi esposa esta como loca.

 Lo primero es que me da rabia el hecho de que los turistas, en su mayoría,  tienen la concepción de que todas las mujeres negras que están en la playa andan cazando hombres; en segundo lugar, es muy lamentable que los matrimonios lleguen a un nivel de desconfianza en el que deben andar persiguiéndose y asechándose entre uno y otro; en tercer lugar, uno no va a la casa ajena a insultar al dueño. Este es mi país y esa señora grosera y maleducada hizo que me sintiera insultada por un extraño en mi propia casa. 

 Los dominicanos somos hospitalarios. Esto es virtud y defecto porque muchas veces pasamos por idiotas, pero aun así, siempre me he sentido orgullosa de la amabilidad de mi gente. Compartir sonrisas, una buena conversación, la oportunidad de aprender de otras culturas y compartir las características de la nuestra.  Por lo visto a veces hay que ser odiosa por motivos de seguridad, el problema es que no soy así. 

La gente y sus etiquetas han hecho de la vida un fastidio. Fuimos a la playa para desconectarnos del estrés y  de momento una loca pone nuestra reputación en tela de juicio, vuelvo y digo ¡Que horror! Pero bueno, son cosas que pasan, así de "buenos" son los matrimonios de hoy.

Voy a la playa buscando las caricias del viento, el susurro de las olas cuando chocan con la orilla, la belleza y frescura del agua cristalina... es una terapia celestial que solo la naturaleza puede dar  y que nadie debe arruinar, por lo que hubiera agradecido a la señora dejar las miserias de su relación y la mala educación en su casa o en su cuarto de hotel. 

El día apenas comenzaba y seguía igual de bello. Nos recuperamos del mal rato, mi amiga siguió en el agua y yo disfrutando del viento y el juego de azules entre el mar y el cielo. Aunque les confieso que no quise hablar con ningún desconocido, especialmente si tenia pinta de turista, jajaja ya se me pasara el trauma :p 

¡Hasta la próxima!





Comentarios

  1. Una escena lamentable por parte de la señora "made in USA".

    Es triste, pero la mayoría de las veces, el turista anda desinformado sobre la realidad de las cosas. El turista aquí, allí, en todas partes, es una "raza aparte", una "cosa con patas llena de prejuicios".

    Espero que disfrutaras del resto de las Semana Santa sin sobresaltos.

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    Respuestas
    1. Gracias Javier! Después del momento incómodo con la señora "made in USA" volvimos a modo relax y el resto de las mini vacaciones fue bueno.

      Ojalá que llegue el momento en que la gente empiece a hacer turismo con la disposición de aprender y disfrutar de nuevas experiencias sin necesidad de andar poniendo etiquetas.

      Saludos y gracias por el comentario! :)

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