Ir al contenido principal

Cuestión de perspectiva

Recuerdo como hoy el día en que la conocí. Segura, decidida, de sonrisa amplia y una sinceridad de esas que aniquila cualquier atisbo de de hipocresía que pudiera aparecer frente a ella. Acababa de pasar por un divorcio y estaba en la etapa de "mujer liberada" que a muy pocas les toca vivir. Es una buena época porque no tienes grandes responsabilidades económicas, un salario que te permite cierta holgura, amigas solteras para compartir una par de tragos y muchas actividades en las cuales inscribirte y descubrir nuevas ventanas al mundo y a la vida. Lo malo es la soledad, tienes a todos pero nadie es exclusivo para ti. 

Siempre llamó la atención su inteligencia, la responsabilidad con que llevaba las labores a su cargo, su don de mando y su capacidad de aprendizaje. Incluso quienes no la soportaban por su carácter, tuvieron  que tragarse su ego y aprender a convivir con ella por su brillantez. No era el tipo de persona que resalta por su simpatía y poco le importaba hacer amigos a diestra y siniestra. Con el tiempo fuimos encajando, cual piezas de rompecabezas, nuestras conversaciones pasaron de lo trivial a lo particular y nos hicimos amigas. 

Entre su afán por conseguirme pareja y sus locas conclusiones tras leer los libros e Weiss a veces me volvía loca, pero era una locura que disfrutaba. Siempre la visualicé libre pero con el tiempo llegó el amor a  su vida y decidió quitarse las las alas, poner en pausa su rebeldía y comprometerse con un nuevo papel como esposa. Un par de años más tarde estábamos leyendo el diario de una embarazada y ahora el destino de nuestras "tardes de chicas" ahora es el área de juegos de los lugares donde decidamos ir (lo cual no me incomoda en lo absoluto porque me encanta ser "la tía Fiores"). La vida nos ha cambiado a ambas más de lo que hubiéramos imaginado, ella sigue siendo libre, se ha colocado de nuevo sus alas, pero su vuelo tienen otros horizontes. 

Por su forma de ser, la imaginaba siempre como jefa de donde fuera que estuviese trabajando. Liderando algún equipo de investigación, viajando, mandando al carajo a muchos estúpidos elitistas con su particular actitud y siendo feliz de esa manera. Pero la vida le aguardaba otro destino.

Han pasado algunos años desde que nos conocimos, ahora ha desarrollado esa particular sabiduría que da el instinto maternal, viene su segundo hijo en camino y la última vez que nos reunimos me ha confesado que su única ambición ahora es dedicarse a la crianza de sus pequeños y que hasta ha llegado a contemplar la idea de tener otro más. Poco quedaba de aquella joven rebelde que conocí, pero no imaginan cuanta felicidad, satisfacción y seguridad sentía en sus palabras ahora. 

La liberación femenina, la igualdad y todas sus reivindicaciones, a veces, nos hacen olvidar que también hay posibilidad de ser feliz para las que deciden quedarse en casa, que ser ama de casa no es una sentencia al estancamiento sino otro tipo de crecimiento, y que para muchas mujeres parir es tan necesario como para otras es conseguir un ascenso o comprarse un carro. Mi amiga hablaba y yo alucinaba, decía cosas que nunca imaginé que escucharía salir de su boca, con tal seguridad, con tal alegría que yo no podía hacer otra cosa más que poner toda mi atención y sonreír orgullosa de ella. 

No sé si yo algún día vaya a tener hijos, si algún los llegara a tener seguro me darán membresía VIP en el Club de malas madres y mi amiga lo sabe. Hemos encontrado la forma de entender la felicidad de cada una sin recriminarnos nada y sintiéndonos sinceramente orgullosa de lo que ha decidido ser la otra. Encantada seguiré encontrándome con ella en parques de juegos, cambiando pañales en los baños familiares de las plazas y seguiré disfrutando compartiendo helados con mis sobrinos postizos mientras mi ropa queda hecha un desastre. También se que ella será feliz escuchando mis historias, que seguirá insistiendo en que tenga una aventura con alguien y apoyándome mientras construyo lo que quiero ser. 



No hay una receta para el bienestar y no siempre se encuentra en el mismo lugar para todos, es cuestión de perspectiva ;) 

Hasta la próxima! 

Comentarios