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Con destino a ninguna parte

Cuando uno va acercándose a los 30 , consigue un trabajo un poco mejor pagado,  invierte un poco más de dinero en cosas que en otro momento no eran prioridad etc. uno como que florece un poco. Podríamos pensar que esto ayudará a que aumenten  las probabilidades de encontrar un compañero de vida, pero no. De repente entras a una etapa  a la que todavía no sé cómo le llamaré pero pasa que muchos hombres casados y aburridos de sus parejas entienden que aceptarás tener una aventura con ellos.

Siempre he estado un poco más inclinada al estilo "mosca muerta" que al estilo "mujer coqueta", por lo tanto, nunca me consideré objeto de propuestas indecentes o cosas por el estilo.  Pero, Oh sorpresa! Desde "amigos de la familia" hasta personas que nunca te dirigieron la palabra, tampoco falta aquél a quien acabas de conocer y que probablemente nunca volverás a ver y aún sabiendo que tiene esposa se te tira como el más seguro de sí mismo. Y si da la casualidad de que el tipo es parecido a un ex a quien dejaste por lógica y no por falta de enamoramiento... tendrás que escapar por tu vida para salir ilesa de los encantos del aparecido seductor que promete ser debut y despedida. 


¿Quién  les ha dicho que uno anda en ese plan? Es algo que sinceramente quisiera entender ¿Quién les ha dicho que uno está en disposición de iniciar un enredo con destino a ninguna parte? ¿Quién les ha dicho que tiene uno tiempo de sobra? ¿Donde rayos está escrito que perdimos la esperanza de que en algún momento el amor nos encontrará?  

En medio de una conversación con uno de estos particulares "fans" le pregunté que cual era su propuesta, qué podía yo esperar, qué ganaba con aquello aparte de una buena desacreditada. Con una tranquilidad que todavía me sorprende me respondió que yo tenía mucho miedo, que debía dejarme llevar, que no todo el mundo tenía la intención de hacerme daño (quisiera saber cual es su concepto de "hacer daño"). Mientras lo escuchaba me preguntaba a mi misma: Y entonces, ¿Qué se supone que haga con mis sueños? Una de mis partes favoritas del libro La Audacia de la Esperanza (Barak Obama) es cuando Obama habla de cómo conoció a Michelle y cómo se fue construyendo su relación. Contaba lo que sentía por ella, de cómo le gustaba, del cómo deseaba protegerla toda la vida, de cuanto la amaba con todo y su carácter fuerte. Era tierno, era bonito, quería algo así para mi. Sin embargo, mi realidad era una sucesiva aparición de idiotas emparejados que querían hacerme perder el tiempo, porque todo lo que no lleva a ninguna parte es una pérdida de tiempo. 


Podría iniciar un camino con destino desconocido, pero nunca tomaría una ruta cuyo fin es ninguna parte. El vacío de ser y no ser, tener y no tener, estar libre pero comprometida, hipotecar la esperanza a cambio de nada. No es mi estilo y no creo que la resignación logre hacerme cambiar de opinión.

La soledad también debe ser digna y merece ser disfrutada sin interferencias infructíferas de quien escapa de una perfecta y aburrida vida. Hay formas en las que no voy a estropear la historia de mi vida ;).




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