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Goodbye 2017


Que soy suficiente.
Que lo mejor es que la vida pase como le de la gana.
Que a veces eres tan suertuda que te toca ver cómo se cae de cabeza quien tiró la cáscara para que resbales en la vida.
Que estoy felizmente cansada.
Que el futuro es retante y me emociona más de lo que me asusta.
Que no llega nunca la edad en la que uno por fin entiende lo que en realidad quiere en la vida y al final la opción es acomodarse en la realidad menos jodida (aparecerán seres excesivamente positivos que me dirán que no es así, pero tendré que comprobarlo en carne propia para cambiar de opinión).

Todo eso he aprendido...





Hace cuatro años de la última vez que diciembre me encontró feliz de estar estresada, agradecida de las vueltas que da la vida y con la ilusión de enfrentar expectativas muy altas sin temor a no poder cumplir, no porque me crea super poderosa sino porque sé que puedo salir del fondo si me tocara volver  caer.


No tengo metas, porque lo que mejor me ha funcionado es cuando la vida toma el curso que decide y no el que yo había concebido. Porque mi razonamiento es limitado y cortoplacista, porque en mí hay un potencial oculto, incluso para mi, que cada día me sorprende y hará realidad lo que todavía no he soñado.


Este fue un año turbulento desde sus inicios, traía consigo una incertidumbre y una inestabilidad profesional que me consumía. Huyendo de la mediocridad leí mucho,tomé muchos cursos y me expuse a nuevas realidades y experiencias que al final se reflejan en mi balance como ganancia, pero el hecho de no poder hacer planes económicos a largo plazo hacía que me sintiera como animal enjaulado. Perdí la cuenta de la cantidad de trabajos a los que apliqué, perdí también la cuenta de la cantidad de cartas de rechazo que recibí. Muchas veces cuestioné mi valía como persona y como profesional, mis días eran tan excitantes como sentarse a comer un plato de tayotas hervidas sin sal.


En el último trimestre del año el sol volvió a salir en mi vida. Un sellito nuevo en el pasaporte, nuevas posibilidades profesionales y un proceso de negociación que me llevó a tomar una decisión de la que no me voy a arrepentir sin importar el resultado, porque el hecho de que surgiera esa oportunidad ya es un resultado y despeja cualquier duda que haya podido tener antes.


Fueron muchas las subidas y bajadas, fue mucha la frustración pero ha sido grandioso ver salir el sol. Ha sido grandioso volver a reír de verdad, volver a hacer planes a largo plazo, volver a sentirme parte de algo, volver a ser libre.

Querido año que se va, estamos a mano ;)  

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