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Cuando el teatro cobra vida - Yago: "Yo no soy el que soy"

Hace algunos meses fui con mi amiga y compañera oficial para ver obras de teatro, Francesca :)  a ver la obra Yago: "Yo no soy el que soy". La habíamos seguido desde 2017 pero siempre que estaba en escena pasaba algo que no nos dejaba ir. El año pasado fue parte de la propueta del festival Internacional de Teatro y, por fin!! Pudimos verla. 

Descuiden, este post no es para contar la trama ni nada parecido (si pensaban que les iba a dar detalles, siento defraudarlos) el caso es que, aunque al prinipio no la entendía bien (no he leído Otelo ni soy la más culta "shakespeareana") y a pesar de que cuando terminó me quedé con esa sensación de "me gustó pero no me mató", no hay un día en el que la cotidianidad no me recuerde el personaje principal. Sus diálogos, sus movimientos, sus actitudes, su forma de relacionarse con los demás personajes. 


Yago tenía claro su objetivo, aprovechó las particularidades y/o debilidades en el comportamiento de los demás personajes para salirse con la suya y de alguna forma lo consuguió... muchas veces. Es del tipo de situaciones en las que "gana" el villano y  que uno quizás preferiría ajustar para crear un final feliz pero, cómo ajusta uno la vida? 

A diario nos toda lidiar con personas en las que tiene uno que confiar aunque no quiera, primero porque en temas de trabajo llega un punto en que hay que hacer lo que disponen los jefes aunque no estemos de acuerdo, y segundo porque es demasiado jodido andar por la vida desconfiando de todos. Igualmente llega un momento en el que es inevitable cuestionar algunos hechos y preguntarse si habrá detrás un plan maesro. 

A veces es fácil identificar a los falsos (complacientes, se viven vanagloriando, no hay profundidad en sus conversaciones, rara vez te miran a los ojos, no te marcan de ninguna forma y no invitan a compartir con ellos más de lo necesario) pero exisen los Yago, que te miran a los ojos, conectan contigo, se ganan tu confianza al punto que te haces vulnerable ante ellos y te manejan según sus propósitos (no, no estoy hablando de un villano cuidadosamente creado, hablo de gente "común", esa con la que tratamos a diario). 

Sobre todo cuando se trabaja haciendo negocios, independientemente de la industria, hay muchos Yago que con el tiempo, y después de unos cuantos engaños, aprendes a identificar. Esos mismos personajes te hacen cuidar y valorar a los aliados/ socios/ compañeros que desde el día uno se muestran tal cual son y siempre están en la mejor disposición de colaborar sin crear situaciones extrañas, mayores complicaciones o sensaciones de suspenso que uno no puede explicar pero están ahí y no te dejan confiar del todo. 
Honestidad, bondad, autenticidad 
Cuando encuentro estas cualidades es como sentir una brisa fresca, como la que se siente en la cima de una montaña donde has llegado caminando, que después de la lucha y el sudor, se disfruta más. Una de las observaciones que me han hecho en determinadas ocasiones es que debo ser más diplomática (de la misma forma en que se me nota cuando algo me agrada, también mi cuerpo, mis facciones, mi postura y mi mirada gritan cuando algo no encaja por completo), menos transparente, sentarme en la mesa con unos y otros y llevarlo todo en perfecta armonía... pero no puedo.  Sería como anesteciarme y siento que eso es como aniquilar de forma parcial mi esencia.  
Yo no soy el que soy 
Todo pasó tal y como lo había calculado Yago, pero al final; aún viéndolo desde la perspectiva del villano, te preguntas:  Vale la pena? Yago fue muchas cosas y al mismo tiempo no fue ninguna. Engañó, mató y se valió de cuantos medios estuvieron a su alcance para conseguir un objetivo que lo dejó con la misma sensación que da hacer una travesía detrás de un globo que se te explota en las manos cuando logras alcanzarlo. 

En el camino de la vida nos encontraremos con mucha gente que no es lo que dice ser (o lo que nos quiere hacer creer que es). Es posible que uno caiga en la trampa y a veces nunca nos lleguemos a dar cuenta pero, por lo que pasó en la obra y lo que he visto en la vida, el resultado para ellos siempre será el mismo. Aún cuando crean haber ganado, no tendrán nada. 

Hasta a próxima! 



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