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Fiores Takes NYC

Ohhhhhhhhhhhh, New Yoork 
Ohhhhhhhhhhhh, New Yoork
(agregue voz de Alicia Keys en Empire States of Mind)

Siempre que escuchaba esa canción imaginaba cómo sería estar allá. La noche, los edificios, la sensación de estar en un lugar donde "todo es posible". 

Concrete jungle where dreams are made of
There's nothing you can't do
Now you're in New York!
These streets will make you feel brand new
Big lights will inspire you 

Pero la magia se quedó en la canción.

Los primeros días de mi viaje los pasé con amigos y familiares en las afueras de la ciudad. La calidez del dominicano ausente (más que eso, la recarga de alegría que implica ponerse al día con amigos a los que tenías mucho tiempo sin ver), el show de un planetario, un castillo que parecía sacado de un libro de cuentos y una caminata en un pequeño bosque marrón marcaron esos días. 



Salimos con rumbo a la ciudad un martes en la noche, cuando se suponía que ya había pasado la hora pico del tráfico y, a medida que nos acercábamos mi primo me decía:
 
- Mira, ya van apareciendo los edificios! 

La ciudad, las luces, los edificios… miraba todo. De alguna forma percibía también todo el estrés, las frustraciones de quienes estaban trabajando por sueños que no cumplirían nunca y tampoco podían regresar. Debo admitir que ya estaba influenciada por las conversaciones que había tenido esos días sobre el contraste de realidades en Nueva York, la sensación fue extraña.

Unos minutos más tarde llegamos al que sería mi destino por los próximos cuatro días. Mi prima Sabrina me esperaba súper feliz , íbamos a compartir como nunca lo habíamos hecho, desde hace mucho quería que fuera y no podía esperar para enseñarme los rincones más particulares de Manhattan Yay! 


Sabrina es mi prima materna. Aunque nació y se crió en Nueva York, sus maneras son más dominicanas que las mías, con la particularidad de la perspectiva global que da crecer y educarse en la capital del mundo formando parte de uno de los grupos de minoría.  Es maestra de high school y una de las cosas que más disfruté de esos días fueron nuestras conversaciones nocturnas. Fue fascinante ver su entusiasmo, su entrega, su indignación por las debilidades del sistema de educación y su auténtica preocupación por sus alumnos. Sentir la plenitud de quien tiene el privilegio de vivir de su vocación en una ciudad donde la motivación de trabajo de la mayoría es la supervivencia y el solo hecho de hacer dinero, fue como ver luz al final del túnel. 

Percibí también su soledad y eso me entristeció. El eco de nuestras conversaciones parecieron hacerle compañía cuando regresé:

- A esta hora estuviéramos ya contándonos las historias del día

me texteaba en la noche. 

Pero bueno! Vamos a concentrarnos en las historias!

Como Sabrina trabajaba todo el día, me tocó hacer en solitario el recorrido por la ciudad. Nos reuníamos a su salida del trabajo para cenar, caminar y luego hablar hasta que nos venciera el sueño. 

Me perdí de todas las formas en las que alguien se puede perder en la ciudad (Escribir mal la dirección en google maps, pasarte de la estación de tren donde debías quedarte, no encontrar la parada del autobús, tomar el autobús equivocado, estar tan perdida que tienes que llamar un uber para regresar... de todo!) Pero me disfruté cada segundo! Sobre todo porque nadie más que yo misma me podía reclamar y yo, en vez de reclamarme, me reí bastante 🙈😆 mi prima ya estaba tan acostumbrada a que me perdiera que cuando salía del trabajo me texteaba:

- Donde te has perdido hoy?

Y las dos explotábamos de la risa (porque en caso de que no me hubiera perdido, segurísimo lo haría para llegar donde sea que nos fuéramos a encontrar). 

Bryant Park 
Fui al grand central, 5th Avenue, la catedral San Patricio, Bryant Park, Central Park (Aquí estuve dos veces, la primera vez pensé que estaba en Bryant Part 😂) Rockefeller Center... Y todo gracias a mi pésimo sentido de la ubicación. Porque salía para un sitio y llegaba a otro. 

Tuve tanta suerte que no nevó ni un solo día (y estoy convencida de que no me interesa en lo absoluto conocer la nieve) pero Cuanto frío hacía! Sobre todo desde la perspectiva de una caribeña que con 15 grados se está congelando. Uno de esos días Sabrina consiguió salir temprano del trabajo y me llamó para que  nos juntáramos en City Hall y desde ahí caminar para cruzar juntas el puente Brooklyn. Miré por la ventana y había salido el sol 🌞, asumí que hacía menos frío y me puse un par de abrigos ligeros. La realidad es que ese día la temperatura estaba super baja, para que no se me congelara el alma terminé visitando el museo de matemáticas y luego tuve que darme terapia mental para volver a salir a la calle (a esto le suman la gripe que casi siempre tengo y el susto de terminar congestionada). Cuando tomé el tren, una señora me preguntó Aren't you freezing? y ahí confirmé que definitivamente me hacía falta ropa para llegar al final del día.  Ya imaginarán la cara de Sabrina cuando me vio:

- Muchacha! Aquí uno no se puede llevar del sol, si te digo que no salgas sin coat, hazme caso! 

Terminamos comprando un coat, y un gorro en la única tienda que estaba cerca porque era la única forma de que pudiera seguir caminando (Un cordial saludo a las tarjetas de créditos de los infelices cuando andan de vacaciones… las víctimas me entenderán). 

Puente Manhattan 


Central Park
Mi cumpleaños también fue especial! Para celebrarlo fui, con intensión, a caminar a Central Park. Es una de esos lugares donde quisieras sentarte o caminar por horas, pero el clima no cooperaba con mi idea. Sentía que se me congelaban mis deditos a pesar de andar con guantes y las manos en los bolsillos y lo pensaba 70 veces antes de quitarme los guantes para tirar una foto... Susantísimo! 




Central Park

Mi próxima parada sería el The Metropolitan Museum of Art, cualquier cosa que pueda decir para describir esta visita, se queda corta. Estaba totalmente fascinada! Convencida de que un día no me alcanzaría para ver, leer, disfrutar y aprender de todo lo que había. En algunos salones alucinaba y en otros me sentía como una completa analfabeta. Qué hermosa forma de celebrar mi cumpleaños 34 :) 

Luego de perderme, como era habitual, para reunirme con Sabrina, ella me llevó a Strand Book Store para que viviera la experiencia de una librería que no fuera tan comercial, con estantes de libros usados afuera donde puedes explorar con libertad. Compré un libro de Angela Davis y una libreta que me encanta para retomar la costumbre de escribir como propósito de cumpleaños y darle un poco de vida a mi blog. 

Strand Book Store
Para cerrar las celebraciones, cenamos en un restaurante italiano donde hicimos el recuento de historias del día y para el postre Sabrina me hizo el regalo/desafío de una batida frozen que me debía tomar en la calle mientras caminábamos hasta la estación del tren. Mi amor por el azúcar y el chocolate pudo más que el frío… me la tomé 😁

Así terminaron mis días en Manhattan. 

Hey! Todavia quedan cuento, keep reading! 

Mi primo Alex me fue a buscar para llevarme de regreso a Long Island, invitó a sus hermanos a la casa (gente a la que hacía muuuuucho que no veía) y organizaron otra celebración de cumpleaños. 

En los días que quedaban estuve más en plan doméstico, comí apple pie casero (toda una experiencia) y volvimos brevemente a Manhattan para visitar los "imperdibles" que me faltaban de la ciudad: 
- Zona Cero. 
- The Vessel.
- El Ferry para ir a Staten Island 

Confieso que a principios de febrero me pregunté más de una vez: Dios mío, qué rayos voy a hacer tantos días por ahí?  Pero fue mucho mejor de lo que hubiera planeado. 

Recordaré este viaje por muchas razones, sobre todo, por ser mi último viaje antes de que el mundo girara de repente a una realidad que todavía es incierta y que nos esforzamos por no ver con ojos de miedo. 

Ojalá que nos podamos levantar y construir un mundo mejor que el que tuvimos, ojalá que podamos estar para construir ese mundo, porque como van las cosas ya uno ni sabe. 



Hasta la próxima!  

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