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Memorias del 2021


Estaba borrando algunos (muchos!) mensajes de whatsApp que tenía abiertos como parte de la limpieza de final de año para ordenar un poco la vida, y me encontré con mis conversaciones con Onaney. Repasé los textos, vi de nuevo las fotos, escuché las notas de voz. Vuelve a doler como el primer día, vuelve uno a hacerse las mismas preguntas y otra vez queda en un limbo sin ninguna respuesta. 

Pensé también en mamá, a veces se me olvida que ya no está y me sorprendo a mí misma pensando en llevarle alguna cosa. Le encantaban los aceites corporales de esos que huelen rico, el pan de linaza, las galletas de price smart, la leche deslactosada aunque se hartara de queso regular jajaja. Extraño sentarme con ella en la galería a escuchar las historias de siempre, a mandar a buscar los dulces que me tenía guardados en un rincón de la nevera o una de las batas que le regalaban a ella y ella luego me las daba a mí. Recuerdo todo con alegría, pero la nostalgia es inevitable.

Generalmente cierro los años y dejo todo atrás, pero el COVID nos quitó gente muy especial. Demasiado rápido, sin piedad, sin despedidas... es difícil dejar todo eso atrás. 

¡Hubo también oportunidades interesantes! Rompí mi record personal de entrevistas de trabajo, participé en procesos de reclutamientos que me retaron de muchas formas y salir airosa renovó la autoconfianza en la que desde hace mucho estoy trabajando. Cambié tres veces de trabajo, de industria y con cada cambio me renuevo. Me encanta cuando mi curiosidad me guía a lugares y personas interesantes. Hace poco más de un mes asumí mi más reciente reto profesional y me encanta porque me da la oportunidad de poner en práctica esas lecciones claves que me han dejado las experiencias anteriores, mientras me reinvento para entender una industria que nosotras mismas estamos definiendo. Comparto mis días con dos chicas disciplinadas, inteligentes,  trabajadoras, apasionadas por lo que hacen y muy receptivas. Para mí, ha sido como encontrar mi oasis particular después de mucho tiempo saltando de una decepción profesional a otra. 

Otro reto importante que marcó el 2021 fue el cáncer de mami. Las lecciones han sido infinitas, el amor también ha sido infinito. Lo mejor es que antes de cerrar el año ella ya había completado su tratamiento y todo está bien. Fue mucha la angustia, los procesos... pero la luz al final del túnel vino a nuestro encuentro y nos ha abrazado. Celebramos con regocijo y agradecimiento nuestra vuelta a la normalidad. 

¿Algo que conocí en su verdadero significado y valoro más después de este año? El apoyo y la vulnerabilidad. Señores ¡nos necesitamos! Las palabras, la compañía, la presencia hace más falta de lo que uno se imagina. Saber que puedes contar con alguien es un regalo de magnitud incalculable y estar para los otros cuando más te necesitan es doblemente gratificante.  Este año vi y viví mucho amor que al compartirse se multiplicó, que siempre me acompañará y que tengo el compromiso de seguir compartiendo. 

Fue un año duro, pero me despido agradecida y fortalecida.  

















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