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Confianza

Una de mis actividades favoritas es ir a la playa tempranito en la mañana y sentarme a contemplar la salida del sol.  Es un espectáculo del que nunca me canso, más que eso, es una experiencia fascinante que se repite cada mañana de forma gratuita y que agradezco disfrutar cada vez que puedo. Los colores, la brisa, el sonido de las olas… todo.




A veces, como forma de completar la experiencia, también me doy un chapuzón temprano. El agua tibia del mar caribe siempre cae bien, sin embargo la última vez que lo intenté fue un poco desastroso. Las olas estaban fuertes, no veía bien donde pisar o donde no (hay una cuantas rocas que a veces albergan erizos y no quería empezar el día con una espina incrustada), me iba acercando con mucho cuidado, pensé en ponerme a nadar de una vez para no seguir tentando la suerte y pisando sin mirar pero dudé. Una ola me tumbó, caí encima una la roca y la agarraba con las manos pero pensando en que quizás es peor agarrar un erizo que pisarlo… terminé con un par de golpes en las piernas y llena de arena. 


Mientras caminaba de regreso a la orilla pensé en lo diferente que hubiera sido si simplemente me hubiera puesto a nadar y me olvidaba de las rocas, los erizos, las algas y todo lo demás. Si hubiera utilizado la agresividad de las olas para  nadar por encima de las rocas y no me pongo a pelear con ellas, hubiera sido mucho más fácil y más placentero. Tuve miedo, pero sobre todo me faltó confianza. 


En el camino de regreso a casa pensé en la forma en que eso mismo pasa en mi vida y la cantidad de cosas que no salen al 100% por el tiempo que pierdo dudando o tomando precauciones demás. Pensé en cómo me ha pasado lo mismo en el trabajo y otros aspectos de la vida en los que sigo en la orilla peleando con las olas cuando hace rato debí estar dando brazadas en aguas abiertas, moviéndome entre las circunstancias y no al ritmo de ellas, disfrutando la experiencia y no muriendo de angustia por lo que "siempre pasa", lo que a otros le ha pasado o lo que mi imaginación ha fabricado. 


En estos días alguien mencionaba en un post  de linkedIn sus palabras para 2023. Yo solo tengo una que necesito recordar muchas veces y abrirá las puertas en las que estoy parada esperando sin siquiera tocar el timbre, mi palabra es confianza. 


Quiero entrar al agua sin que me frenen las rocas que siempre estarán ahí, donde siempre habrá erizos que no tocaré si empiezo a nadar a tiempo, quiero asumir por completo mis proyectos personales sin pensar en las mil maneras en que pueden fracasar o en que yo misma los puedo arruinar (si se arruinan, lloramos y ya… la pena también pasa), quiero trabajar siguiendo mi curiosidad, entrando en aguas profundas sin fijarme a quien le agrada o a quien no, compartir mis resultados y seguir haciendo, descubriendo, aprendiendo porque al final es lo único que se queda con uno, y la forma en la que particularmente le encuentro significado a la vida. 


Cuando tenemos confianza para atrevernos a vivir no hay garantías de que los resultados serán siempre satisfactorios, pero se vive mejor.  


Brindemos por un 2023 con la confianza para hacer que nuestra vida esté a la altura de nuestro potencial. 


Salud!



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