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R-E-N-O-V-A-D-A

 En estos días hablaba con mi profesora de tango, que tiene el mindset de todo lo que está bien en esta vida, y quedé fascinada. 

Cada vez que puede, ella viaja a Argentina a bailar, a aprender, a vivir. Acababa de llegar del último viaje y tenía un aire diferente. Relajada, con una alegría sin esfuerzo, rejuvenecida, renovada. 

Me contó lo maravilloso que había sido ese viaje. Era la competencia mundial de tango y se reunían en Buenos Aires todos los entendidos de una danza que se ha convertido en mi lugar feliz, donde cierro los ojos para bailar y dejo que mi alma se conecte con la de mi pareja mientras mi cuerpo responde a su marca sin perder el ritmo de la música. 

Había gente de todo el mundo, pero hubo una persona que la sacó a bailar y mientras seguía la canción entró en una especie de trance que solo entiende quien ha entrado en estado de flow mientras realiza alguna actividad. 

- Fiores, fue increíble, inolvidable!

La miraba contando la experiencia, todavía extasiada, y pensé: 

¡Eso es viajar! 

¡Esas son vacaiones! 

A medida que uno va avanzando en la vida, tomando trabajos que te permiten pagar por cosas que fueron imposibles para tu familia... todo el mundo quiere viajar. Pero lo que realmente hacen es distraerse, endeudarse y extresarse.  La experiencia de mi profe me recordó que se trata de disfrutar, de abrazar lo que nos gusta, de recargarnos, de renovarnos. 

Los días pasaban y ella disfrutaba tanto que su mamá, su hija y los compañeros de trabajo la llamaron para asegurarse de que regresara 😅. La sentían tan feliz que les preocupaba que se fuera a quedar allí, pero de eso se trata. 

Reflexioné sobre mi propia experiencia. La última vez que viajé tuve una mezcla de paseos memorables y trayectos que no quiero recordar, experiencias interesantes de arte y cultura que se empañaron con realidades decadentes, una peste a marihuana y unos aires de inseguridad que me hacían encontrar consuelo en el hecho de regresar pronto a casa. 

Mi profe, que aparte de lecciones de tango me enseña lo que quiero de esta vida, me ayudó a confirmar que se trata de vivir, de ver de cerca lo que amamos y dejarnos envolver en la experiencia, de curar la vida como curamos el trabajo para que quede perfecto, para que esté correcto y también sea bello. 

El viaje empieza aquí, identificando las cosas que amo y saliendo a encontrarme con ellas desde una perspectiva nueva. Siendo curiosa, experimentando y dejándome guiar por la pasión mientras lo permita el presupuesto. 

No puedo asegurar si será el tango, o algún otro tipo de arte, pero si algo quiero de mi próximo viaje, es que me encuentren contando la historia renovada ;) 

Hasta la próxima. 






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